EXPERIENCIA DE MOVILIDAD ESTUDIANTIL

Irina Treisse y Agostina Casaux, estudiantes de la FCA-UNER, estuvieron 5 meses en Colombia a través del programa de intercambio PILA. De regreso en Oro Verde, nos cuentan su experiencia en primera persona:   

“Desde que ingresamos a la facultad conocíamos que existían programas de intercambio a otros países y siempre tuvimos ganas de poder participar.  Nos encontrábamos realizando pocas materias y nos pareció una buena oportunidad poder terminar de cursar en otro país, por lo que nos inscribimos al Programa PILA y nos eligieron para cursar un cuatrimestre en Neiva, Colombia.

De parte de la UNER se hicieron cargo de los pasajes en avión mientras que la universidad Surcolombiana, a la cual asistimos, nos pagó el alojamiento y la comida. Además, UNER siempre estuvo para cualquier conflicto que se presentó, tanto económico como administrativo. Siempre contamos con ayuda y respaldo.

La experiencia que vivimos fue muy buena. Estuvimos en Colombia 5 meses, desde el 22 de marzo hasta 16 agosto. Nos sentimos bien recibidas al llegar y fueron muy atentos en todo momento. 

Había mucho interés sobre la cultura argentina, en especial por la educación pública y gratuita para todos, ya que en Colombia se pagaba una matrícula obligatoria para poder estudiar. Además los sistemas de evaluación eran muy diferentes ya que en ese país no se rinden exámenes finales para aprobar las materias.

Cuando vas a otro país, al principio es muy difícil adaptarse a su forma de vida y sus costumbres, en especial a la comida, música y rutinas. Por ejemplo, las clases comenzaban a las 6:00 am y se acostumbre cenar a las 7:00 pm. 

Durante el tiempo que estuvimos cursando conocimos muchas personas, tanto locales como otros estudiantes de intercambio. En total éramos 7 argentinos y 2 mexicanos en la universidad Surcolombiana. A diferencia de la nuestra, tenía un solo campus con todas las facultades.

El viaje no fue exclusivamente estudiar. Durante los fines de semana y las vacaciones pudimos recorrer Colombia y conocer diversos lugares como Medellín, el caribe, Tayrona, etc.  Paseamos por diferentes lugares: playas, la selva, montañas, ríos y desiertos. Tiene paisajes para todos los gustos.

La UNER se hizo cargo de los pasajes y la universidad de destino nos pagaba una mensualidad que alcanzaba para el alquiler, la comida, pasajes de colectivos y un extra para usarlo en lo que consideramos oportuno. El dinero nos alcanzó para viajar a ciudades vecinas y conocer otros lugares.

Sabemos que nuestros compañeros por ahí piensan que irse es un atraso en la carrera, pero la experiencia que se gana es irremplazable y vale mucho más.

En cuanto a trámites y avales, desde la Facultad y desde la UNER siempre nos explicaron qué era lo que había que hacer y de qué manera. Estamos muy agradecidas con la ayuda y nos interesa que sepan que es documentación que se consigue fácilmente. 

A nuestros compañeros queremos decirles que aprovechen la oportunidad. Es una experiencia donde se aprende un montón, tanto en lo personal como en lo profesional. Nadie vuelve igual después de haberse ido de intercambio. Hay que aprovechar que las universidades de estos programas se encargan de casi todos los gastos. Los estudiantes de otros países, si quieren irse de intercambio, tienen que pagarlo de su bolsillo”. 

Agos e Irina

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